It is my LIFE :D

30.12.09

Trecer Relato... creo¬¬.


   No soy buena escribiendo historias de amor, historias de amor que terminen en “final feliz” para nada. Vivo tiempos de soledad, donde ni siquiera soy capaz de encontrar un amigo. Pero esta vez es una excepción ya que hoy pude disfrutar de su presencia y de algo más.

   Puede que sea el final, el principio o la trama de un relato, aunque no sea de los que estoy acostumbrada a escribir. Pero como ya dije: “No soy buena escribiendo historias de amor”.

      Tercer Relato (o al menos, eso creo).
   …”Llegamos a un bosque tan fascinante, repleto de rosas muertas debido al otoño, daba un hermoso paisaje que lo acompañaba el sonido de los pájaros y unas cuantas risas de niñitos jugando. Sabía perfectamente que debía disfrutar cada minuto de ese momento, ya que no sabía con certeza si sería el único, aunque albergaba esperanzas, como siempre.

   Me tomo de la mano y sentí como mi corazón se aceleraba, las piernas me temblaban y mi mente se mal viajaba. Tenía miedo de que ese momento fallara o peor aun, que terminara. Aunque recordé lo que uno de mis libros decía: “No importa lo perfecto que sea el día, siempre termina” y efectivamente, tenía que terminar.

   Seguíamos caminando sin articular palabra, ya que los dos siempre hemos disfrutado del silencio, y disfrutábamos el momento, a pesar de la miradas que clavaban en mi espalda, esas miradas de los seres humanos que no pueden entender que “la edad no importa”, yo era feliz con él, siempre lo eh sido y eso jamás cambiara, para nada. Pero… ¿en un momento tendría que alejarme de él, no? Para emprender un nuevo camino, para seguir con la vida que el ya vivió…

   Me estremecí y sacudí la cabeza intentando expulsar esos pensamientos de mi mente. Mientras lo hacía, entro una ráfaga de viento y por inercia me refugie bajo su brazo y él me abrazo. Sentía que mi corazón salía de mi pecho. Y nos detuvimos…

   -¿Te agrada este lugar? -Al fin articulaba palabra, después de casi 5 minutos de solo caminar y de mis pensamientos sin sentido-. Si quieres, seguimos caminando.

   -No… no, este… este está perfecto. –Me chocaba sentirme estúpida al momento de hablar con él, ya que él era tan propio, tan sexy.

   -¿Tienes frio? ¿Quieres mi chaqueta?

   Se la quito en un santiamén y me la ofreció, yo sin pensarlo dos veces la tome y me la puse encima. Me encantaba su aroma, un aroma a… él. Esa fragancia que siento cuando pienso en él, a pesar de que el este tan lejos. Esa fragancia que siempre quiero presenciar, que quiero convertir en mi oxigeno.

   -Sabes, estaba pensando que… -hizo una pausa, y nos sentamos en una pequeña banca de daba la vista hacia el atardecer de color naranja, ese atardecer que se, jamás olvidare-, se que te debo muchas cosas, y que tan solo podre pagarte una cuarta parte esta ocasión, pero también sé que tenemos una corta pero efectiva vida juntos.

   Y me beso… y con la punta de mi lengua pude sentir todo el éxtasis de su cuerpo, y era más exquisito de lo que había imaginado…”

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