¿Sabes cuál es esa piedra maldita, Elioth?
~Dejar de leer.
Sí, aunque ahora que estás leyendo esto, imagino como tú sonrisa traviesa comienza a curvear la comisura de tus labios & sueltas una carcajadilla encantadora. Pero esa es, la terrorífica mortificación que me aturde ahora. ¿Sabes por qué?; ¡¡porque ya no he concebido escribir!! Sabes que lo mío jamás fue eso de escribir frases cursis sobre el desamor, lo mío era ESCRIBIR HISTORIAS CRUDAS DE DESAMOR. Bueno, el amor en su perspectiva prehistórica, como la técnica de mis dibujos.
Sin en cambio, ahora me siento como si ya estuviese lista para dar clases de español. Sabiendo todo sobre la época del romanticismo, & porque Neruda se hizo un maestro; las diferencias entre “porque, porqué, & por qué”, considerando la existencia de los acentos & la importancia de ponerlos en SU LUGAR, & mi característica forma de hablar, cómo si viviera en otra época … más recatada.
Cuándo leía, podía sentir algo que probablemente jamás lograría sentir. Por ejemplo, el sentimiento de un padre cuándo fallese su hijo, cuándo un ladrón es descubierto en su más grande fechoría, cuándo a una chica su chico la deja por estar embarazada, el desprecio de alguien te tú propia sangre … o el roce feroz, propicie de una bala.
Tal vez por eso ahora, con el pesar en la espalda, puedo confesarte que estoy dispuesta a “tirar la toalla” en mis aspiraciones por ser escritora. Porque existe algo que me ha hecho alejarme de los libros & mi poco interés, ha aumentado considerablemente.
La última inspiración tangible que tuve, eras tú. Era tú respirar pausado & tus ojos como dos cielos. Eran mis ganas de volverte a ver, & de sentir cómo tu pecho absorbía mis lágrimas.
Dejé de percibir las cosas, con MÍ PERSPECTIVA.
Y ahora me estoy destruyendo con palabras ahogadas en mis labios.
Y con orgasmos fingidos en mis dedos.
¿Ahora me entiendes?
Me rendí.
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