Carta Número... No lo sé.

Anónimo:

   Esta es la carta número… No lo sé, perdí la cuenta hace tiempo.
   Perdí la cuenta de todo lo que te eh entregado. Todo lo que te eh dicho. Todo lo que me eh callado. Todo lo que siento. De todo lo que estaba dispuesta a hacer, por conseguir un poco de ti.

   & es extraño, porque conforme pasan los días & caigo en tu ternura indiferente… Pienso que ya no me importas más. Que todo lo que pensaba sentir, ah dejado de ser único; & has dejado de ser el único que me lo hace sentir. Es lamentable… ¿Cierto?

   ¿Por qué entonces que rayos paso? ¿Me hiciste desperdiciar dos años de mi vida? ¿O disfrutarlos más? Ahora ya no sé nada de eso, nada de lo que pensaba y tenía más seguro que cualquier otra cosa. Porque tú me hacías sentir segura. Ahora algo cambio.

   Escuche la canción, esa canción que digo que es “nuestra”. Que cada vez que la escucho, lloro & me desarmo. La escuche más de la cuenta… Creo que abuse de la melancolía de los acordes de la guitarra & el piano, que la transmitieron de una manera incontrolable.

   Pero día tras día… La escucho al mirar tus ojos.

   Veo la luz de tu sonrisa reflejada en la Luna, & en muchos lugares más. Eso era antes. Ahora algo cambio. Quizá haya sido que me eh caído de mi propio cielo, & que algo me arranco las alas de ángel galáctica. O quizá, que te eh dejado de querer.

   ¿Pero como asegurarlo?
   Ya que no es la primera vez que lo pienso. No es la primera vez que me quiero sentir segura al decirlo, no, no es la primera. Por más fortaleza que quiera aparentar, soy un completo fraude….

   La primera vez que lo pensé: Fue cuando rompiste tu promesa (la que me hiciste en aquel sueño irreal) donde prometías que te encargarías de hacerme creer que no me importas. Por un momento lo lograste, pero en ese momento & al instante, fracasaste.

   La segunda vez que lo pensé: Estábamos solos, de esas pocas veces solos, aunque había un grupo de cuarenta gentes al tanto de lo que hablábamos. Ese día lo recuerdo bien, llovía, había viento, sentía el frío, lloraba & mi corazón me acompañaba. Me habías invitado a salir, a acompañarte con un café, cuando mirábamos la lluvia & nuestros deseos se enlazaban, el cielo está de testigo… Que lo juraste. Juraste que no volverías a voltear para verme & arrancarme la felicidad, como veces anteriores. Pero volviste a fracasar.

   La tercera vez que lo pensé: Cuando estuviste a punto de meter un “tercero” a esta, mí historia. La historia que YO escribo & TÚ me ayudas a colocar cada letra, cada palabra. Aquel momento que pintaba para ser perfecto… Pero mentiste. Fracasaste.

   La cuarta (& última vez) que lo pensé: Dejaste de compartir el mismo sueño conmigo… Valla que esta ciudad es chica. & que eres un especialista en seducción con mentiras, vagamente excitantes. Pero… No has fracasado, es por eso que me detengo a dudar, porque cada vez que fracasas, regresas & me dices que lo sientes & que me quieres hasta lo más infinito del universo. Ahora, algo cambio. Pero veo que encontraste algo que yo veo en ti… En el fondo de lo negro platinado de tus ojos. Siempre tus ojos… ¿Por qué?

   Pero me doy por vencida, quiero que ahora tú hagas algo… Aunque sea mínimo, porque quizá yo me encargue del resto. Tan solo dame una señal de que aun te importo.

Disculpa… Tengo miedo.
& estoy segura, de que está carta no llegara a tus manos.

~Lilian.