Y siempre soñé con un momento así:
Que sus largos y delgados brazos me rodeen, me estrechara hacia él y que mi rostro se compactara en su pecho de mármol.
Que sus labios rosas apretaran los míos. Tan suaves como el pétalo de una rosa… Tan deliciosos como la vainilla y un pequeño toque de licor.
La droga de los dioses. Mi droga.
“Las noches se han vuelto eternas desde aquel día en que lo conocí”
-Si pudiera cambiar al tiempo, cambiaria lo que ahora siento, desearía no estar así y dejar todo por un momento, tal vez completar quien soy, sin hablar ni decir “te quiero”, no me quiero pedir perdón ni matar este sentimiento. El más perfecto error de la creación.
Enamorarme de ti…
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