-Y ese suspiro, ¿hasta dónde llego?
Hasta allá, al cielo y caerá donde el duerme…
Soñé… soñé que esos electrizantes labios apretaban los míos, que con la punta de mi lengua bebía todo el éxtasis de su cuerpo. Soñé, que mi tacto confirmaba la imperfecta textura de su piel, que mis pensamientos se hundían en esos hermosos ojos oscuros…
Y entonces sentí, que el viento se llevaba el aroma de mi fragancia y recaía en un suspiro suyo. Y que sus delicados dedos rodeaban la figura de mi cintura y volvía a perder el sentido común.
… Me volví LOCA desde el momento en el que le rogué.
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